Comunicación corporativa: ¿tu empresa está conectando con su público?
A la hora de dar a conocer productos, servicios, actividades o valores de una compañía, existe un paso fundamental en el proceso comunicativo: la conexión con la audiencia. Aquí, algunas claves para desarrollar una comunicación efectiva poniendo foco en el receptor.
Por Ariel Ferraro; redactor, guionista y asesor en comunicación corporativa e institucional.
La comunicación corporativa es un puente entre lo que una empresa tiene para decir y lo que su público actual o potencial desea escuchar. Es una herramienta eficaz para aumentar la visibilidad de una compañía, desarrollar su posicionamiento, incrementar sus ventas, captar o fidelizar clientes y mejorar un activo clave: la reputación. Sin embargo, nada de esto es posible si no se cumple un paso fundamental en el proceso comunicativo: la conexión con la audiencia.
El desafío
Gerry McGovern, especialista en comunicación web, dijo una vez que gran parte del contenido producido por las empresas se crea sin analizar realmente quiénes lo van a leer o por qué lo querrán leer o qué harán después de leerlo. “La parte negativa de ignorar al público es que existe una gran posibilidad de que el resultado final sea ilegible e inútil”, agregó. Entonces, ¿qué pautas deberían tenerse en cuenta para desarrollar una comunicación que involucre al receptor?
La personalización
Cuando le hablamos a una audiencia, les estamos hablando a personas. Por esta razón, el primer paso es identificar a quiénes nos vamos a dirigir, conocer sus perfiles, hábitos e intereses. Si trabajamos con datos certeros sobre audiencias segmentadas, contaremos con herramientas para desarrollar experiencias de contenido personalizadas, que respondan a las necesidades reales del público con el que queremos conectar.
La relevancia
Personalizar el contenido nos permite generar relevancia, que es una condición básica para lograr el involucramiento de la audiencia. Hoy vivimos sobresaturados de información proveniente de múltiples canales y solamente prestamos atención a aquello que nos aporta valor, que nos resulta interesante. Un usuario sigue a una empresa o a una marca por la relevancia y la utilidad que representan para él.
La empatía
Sabemos que es importante destacar los atributos de una compañía, de un producto o de un servicio, pero es aún más valioso enfatizar de qué manera estos atributos benefician al usuario. Un enunciador empático no pone el foco en hablar de sí mismo, sino todo lo contrario: desarrolla su mensaje desde el punto de vista de la persona que lo recibe. De esta forma, el interés del receptor aumenta.
Las emociones
Comunicar no implica necesariamente conectar con la audiencia. Sin embargo, cuando la conexión se logra, la efectividad de la comunicación se potencia. Como los lazos más profundos se construyen desde el plano emocional, es una buena estrategia humanizar las marcas y, si el contenido lo permite, contar historias que vinculen al público con sus propias emociones. Así, se facilita la conexión y se favorece la recordación del mensaje.
La claridad
Lo importante no es lo que una empresa diga, sino lo que la audiencia interprete. De poco servirá crear el mejor contenido si este no se desarrolla con un lenguaje claro, con un vocabulario familiar para el público, con oraciones de estructura simple que garanticen la fluidez de la lectura y la legibilidad del mensaje. La claridad despeja el camino para que el receptor interprete rápidamente la información que le deseamos transmitir.
La respuesta
Finalmente, en la comunicación interpersonal no hablamos de la misma forma frente a un interlocutor que frente a otro. A través de los medios digitales, gráficos o audiovisuales, debería suceder lo mismo. Si ponemos foco en el público y logramos la conexión con él, aumenta la probabilidad de que responda positivamente a nuestro mensaje. Cuando esto sucede, crece la efectividad y mejora el retorno de la inversión en comunicación corporativa.
Fuente: CCNews

