Energía y Producción

Día del Petróleo: ¿llega la reactivación para la industria oil & gas?

En el Día Nacional del Petróleo, un balance sobre la actualidad, los desafíos y las necesidades de la industria oil & gas en la Argentina, a partir de la mirada de tres especialistas en la materia.

Hace 112 años, cuando Comodoro Rivadavia era un pequeño pueblo habitado por cincuenta familias, un hecho marcó el inicio de la industria energética argentina: allí se descubrió petróleo por primera vez. En conmemoración de aquella fecha, cada 13 de diciembre se celebra el Día Nacional del Petróleo. CCNews indagó sobre el panorama actual de la industria y conversó con tres especialistas:Daniel Darrieux, Editor General de la revista Impacto Económico; Victoria Terzaghi, Editora del suplemento “Energía On” del diario Río Negro; y Camilo Ciruzzi, Periodista de Lu5 AM600 y LMNeuquén especializado en energía.

¿Cuál la situación actual de la industria oil & gas?

Darrieux: Incertidumbre es la palabra que mejor describe la realidad del sector. El decreto de la administración Macri que congeló el precio del barril de crudo y de los combustibles fue una medida altamente negativa, no solo en el corto plazo por la caída en el nivel de actividad, sino también en el mediano y largo plazo como señal para futuras inversiones. Alterar las reglas de juego es nefasto para el sector oil & gas en particular y para la economía en general, y el Estado lo ha hecho con intervenciones arbitrarias (fijación de precios máximos, por ejemplo). El intervencionismo estatal mata la actividad productiva.

Terzaghi: La industria se encuentra en una encrucijada entre desarrollar lo que está probado que se puede obtener pero con el riesgo de salir perdiendo si, en el camino, se vuelven a modificar las regulaciones. Hoy Vaca Muerta atraviesa una crisis profunda, con cientos de puestos de trabajo en riesgo, baja de actividad y reducción de inversiones ante la incertidumbre sobre las políticas que aplicará el Frente de Todos. Además, el riesgo país y el control de capitales generan múltiples problemas para avanzar con los desarrollos. De no mediar cambios en poco tiempo, la crisis puede extenderse por varios meses.

Ciruzzi: El impasse en la actividad está expectante del nuevo gobierno. Se necesitan medidas claras y concretas apuntadas a la reactivación, no solo de la producción, sino de los proyectos de infraestructura, que son urgentes. Existe un gran temor por un latente intervencionismo que podría dar por tierra con los avances logrados desde 2015. Por lo pronto, el anuncio del congelamiento tarifario no parece ser una buena noticia para los inversionistas y menos aún lo sería una pesificación de los contratos de transporte y distribución de energía. Lo positivo es que paralelamente se anunciaron medidas destinadas a blindar Vaca Muerta para conseguir inversiones.

¿Cuál es el balance sobre el desempeño del sector en 2019?

Terzaghi: Hasta agosto se vio un ritmo muy interesante, con el paso a desarrollo masivo de cuatro áreas en seis meses, un notable incremento de la producción de petróleo –en especial–, el inicio de las exportaciones de crudo liviano, de GNL, y el sostenimiento y aumento de las exportaciones de gas natural. Pero luego de las PASO, la actividad frenó abruptamente, salvo en contadas empresas, y las metas que se habían fijado a principios de año, como alcanzar los 350 pozos nuevos en Vaca Muerta, no se lograron. También fue llamativo, y debería leerse en tono positivo, que continuaran tramitándose concesiones no convencionales y contratos de accesos a áreas.

Ciruzzi: El año empezó tambaleante por el contexto macroeconómico y se derrumbó tras las PASO por las medidas erráticas del gobierno de Mauricio Macri. No obstante, se lograron hitos importantes para la industria no convencional: mejores pozos, más fracturas y anuncios de operadoras de iniciar sus fases de industrialización, entre otros. Un tropezón no es caída. El recurso está y los costos se redujeron mucho. Faltan medidas que garanticen un horizonte estable en el nivel macroeconómico y en el jurídico. El cambio de reglas permanente, que se acentuó este año, fue muy perjudicial para el sector.

Darrieux: El desempeño de la industria fue satisfactorio hasta la promulgación del mencionado decreto que congeló los precios. También hubo limitaciones que impuso el contexto macro: alta inflación, presión tributaria, ausencia de crédito a tasas y plazos razonables. Los resultados de una mayor libertad económica se tradujeron en más inversiones, en aumentos del 22,42% en la producción de petróleo (octubre 2018 vs. octubre 2019) y del 12,81% en la producción de gas (en idéntico período), según datos de la Secretaría de Energía de Nación.

¿Qué necesita hoy esta industria para expandir su crecimiento?

Ciruzzi: Necesita políticas claras; una macro estable; una inversión social que alcance la educación, la salud y los servicios públicos, entre otras áreas; una infraestructura industrial (principalmente gasoductos) y la apertura de mercados internacionales.

Terzaghi: La necesidad primordial es la estabilidad regulatoria. Los cambios en resoluciones, la aplicación de retenciones e incluso el congelamiento del DNU 566/19 y medidas como el control de capitales son los principales factores que atentan contra el desarrollo y desde hace algunos meses frenan inversiones. En el segmento del gas, además es necesario definir la licitación para construir el gasoducto a Vaca Muerta y definir las nuevas regulaciones que demandará Vaca Muerta, como el proceso de exportación de GNL y el pago de regalías de los desarrollos de almacenamiento de gas natural.

Darrieux: La industria necesita calidad institucional: reglas de juego claras y estables. Un poder judicial que garantice el respeto a la propiedad y actúe con contundencia ante cortes de rutas o de accesos a yacimientos, bloqueos a empresas y todo tipo de aprietes sindicales. Además, un contexto macro ordenado: baja inflación, equilibrio fiscal (a través de la baja del gasto público) y tasas de interés competitivas. El sector necesita capitalismo, libertad económica, precios internacionales, reformas estructurales laborales e impositivas (amortización acelerada, por ejemplo) y libertad para el movimiento de capitales.

¿Qué metas deberían lograrse a medio y largo plazo?

Ciruzzi: Estabilizar la macroeconomía es la más importante, sin dudas. En tren de los anuncios hechos por los actuales funcionarios de Alberto Fernández, sería importante establecer reglas de juego claras, incluso en el nivel impositivo, para que las empresas que invierten puedan operar y competir con tranquilidad.

Darrieux: Las metas por logar deberían ser: incrementos en los niveles de producción de petróleo y gas, aumento en las exportaciones (tanto en cantidades como en países de destino) y mejora en la infraestructura (de evacuación, vial, educativa), entre otras.

Terzaghi: La principal meta desde el Estado debería ser no obstaculizar el desarrollo. Además, debería tenerse en cuenta la renegociación del contrato de importación de gas de Bolivia, de lo contrario se incrementará (innecesariamente por ahora) el volumen importado. Pensar en metas como el autoabastecimiento de gas, que algunos postulan, es a mi criterio un error de concepto hasta tanto no pueda colocarse esa mayor producción en los ocho meses de baja demanda. También debería ser una meta desarrollar una planta de GNL de gran escala. De no ser así, el gas de Vaca Muerta corre el riesgo de llegar “tarde” al resto del mundo, que está viendo la puesta en marcha de otros proyectos de GNL.

Fuente: CCNews