Management

EL DESARROLLO EMPRESARIO DE LA REGIÓN

FRANCISCO RIMMELE – Presidente de CLUSTERciar

Veinticinco años después de comenzar a ofrecer los primeros cursos de Autocad en la región, Francisco Rimmele lidera CLUSTERciar: un equipo de organizaciones que brinda servicios de tecnología, ingeniería, management, inspección de obras, educación, y acciones para generar desarrollo y bienestar social. Con más de 300 colaboradores distribuidos por diversas provincias, CLUSTERciar tiene sus oficinas centrales en Neuquén y en Buenos Aires, así como oficinas regionales y sedes en otras ciudades del país. En diálogo con este medio, su fundador reflexionó sobre el proceso de expansión, el rol del empresario y los obstáculos que frenan el crecimiento de las empresas.

Educar en valores y desarrollar la empleabilidad es crucial

¿En qué momento comenzás a concebir la idea de crear un emprendimiento?

Ni bien me recibí de Ingeniero Civil, en el año 1991, empecé a pensar qué podía hacer de manera independiente. Creo que envié dos currículums en mi vida, sin mucha convicción. Comencé a trabajar con mi padre en 1992 y ahí descubrí el Autocad, porque en aquel momento se veía poco de informá- tica en la Universidad. Me pareció interesante y contraté a un técnico, Hugo Benítez, un referente en el tema, para que me enseñara. Le propuse armar un proyecto de capacitación para que diera cursos.

2¿Cómo diste a conocer este servicio nuevo en el mercado?

Salí a recorrer empresas ofreciendo cursos de Autocad. Tenía que explicar que no era una concesionaria de autos, porque no lo conocían mucho (risas)… Hubo interés en el curso y en las impresiones que ofrecíamos con un plotter que me había comprado mi padre. En algunas empresas, como Compa- ñía Naviera Pérez Companc, no solo ofrecimos capacitación sino que pusimos a trabajar a dibujantes formados por nosotros. Hasta que en 2002 abrimos una oficina central en Buenos Aires y pudimos competir mano a mano con los proveedores de tecnología, porque las cuentas corporativas que tienen sede en esa ciudad deciden las compras de manera centralizada.

¿Cuál fue el paso siguiente?

Crear valor sobre los servicios. Arrancamos en 1992 con C.C.I.A.R. & Asociados (Centro Computarizado de Ingeniería y Arquitectura Rimmele) y fuimos agregando servicios anexos a partir de los cursos de Autocad, como por ejemplo dibujantes para oficinas técnicas, apoyo para producción e impresión de documentos con plotter e impresoras, y customización de la herramienta informática por excelencia, porque el Autocad viene en versión estándar. A los pocos años, contratamos desarrolladores y empezamos a generar sistemas específicos, personalizados para el uso de estas herramientas de diseño y dibujo técnico.

¿Había una estrategia o solo daban respuestas a lo que iban pidiendo los clientes?

Desde siempre trabajamos con la estrategia de crear más valor. No era suficiente el hecho de contar con dibujantes para resolver la producción en las oficinas técnicas, entonces empezamos a desarrollar ingenierías a baja escala. La idea era no solo pasar en limpio los proyectos de profesionales o de empresas, sino nosotros también empezar a elaborar proyectos, enseñar, imprimir, desarrollar ingeniería, desarrollar y vender software. Todo eso terminó de conformar CIAR S.A. en el 2003. Si lo miramos desde nuestro nacimiento en 1992, fueron más de 10 años escuchando necesidades de los clientes y agregando servicios complementarios dentro de una misma compañía.

3¿Cómo está compuesto hoy CLUSTERciar?

Desde 2003, estos servicios complementarios terminaron por formar un servicio de inspección de obras como complemento a la ingenie – ría. Entonces, en 2008 fundamos la empresa Trace Group S.A. con el fin de canalizar los contratos de inspección, para que CIAR pudiera seguir enfocándose en su core business. Mientras tanto, al cumplir los 15 años de desarrollo empresarial, creamos Fundación Potenciar con el objetivo de trascender el ámbito de los negocios. A través de la fundación, empezamos a ofrecer asesoría gratuita en management a clubes deportivos y terminamos trabajando directamente con niños y adolescentes mediante actividades lúdicas que buscan educar en va – lores. En realidad, transmitimos los valores a través de actividades recreativas, ya que no tenemos competencia para ir mucho más allá de esa intervención. Nosotros decimos que la fundación es nuestra bandera de responsabilidad social empresaria, buscamos así nues – tra conexión con la sociedad a través de acciones. Preferimos hacer – lo desde ese lugar y no donando como hace la gran mayoría. Nosotros brindamos nuestro tiempo.

¿Por qué la decisión de incursionar en la actividad educativa?

Empezamos a padecer la falta de empleabilidad cuando se aceleró nuestro crecimiento durante 2004 y 2005. Comenzamos a necesi – tar personal con cierta experiencia y formación, y nos costaba en – contrarlo. Entonces dijimos: “acá también tenemos que involucrar – nos”. Así, entre 2010 y 2011 creamos Potenciar Educación Superior, un instituto terciario que presentamos en el Consejo Provincial de Educación y que hoy tiene más de 10 carreras reconocidas y certifi – cadas con titulación a nivel nacional. Se trata de tecnicaturas orien – tadas a distintas áreas. Por un lado, a la industria, al petróleo y al sector de hidrocarburos, para lo cual formamos inspectores y pro – yectistas. Por otro lado, las tecnicaturas se orientan a la gestión de Recursos Humanos, a las TIC´s (Tecnologías de la Información y Co – municación) y al management con Administración de Empresas. El círculo virtuoso al que apuntamos es que todo el staff de docentes sea de la compañía y que los egresados trabajen en la compañía. Es nuestra utopía, nuestro norte.

¿Cómo ves el nivel de actividad y las perspectivas en las áreas de petró – leo y de gas?

Si lo imaginamos como un edificio en construcción, vemos que se están formando las bases de una manera más sólida que años atrás. Vaca Muerta fue un boom. Lo que crece de golpe es difícil que se sostenga. Ahora está creciendo de forma adecuada, no sé si óptima, pero va paso a paso, de una manera más lógica. Me parece injusto atribuirles toda esa responsabilidad a los que están ahora, porque yo estimo que en un año y medio de gestión se dieron avances estruc – turales cuyos frutos no se van a ver en lo inmediato. La matriz pro – ductiva del país y la cultura del trabajo estaban destruidas. Hay dos o tres generaciones que no están formadas y que no tienen interés en trabajar. Cambiarlo va a llevar décadas. Este es solo el principio del camino y hay que sostenerlo, esté quien esté.

El tema es generar los incentivos para que más gente se incorpore al mercado laboral y se capacite… Es necesario que más gente estudie carreras técnicas, ingenierías, carreras que tengan que ver con la producción y no tanto carreras sociales o carreras blandas. Eso sirve, pero si uno no es productivo, a la larga deja de servir. Necesitamos generar trabajo a través de actividades genuinas que no pasen por subsidios o por empleo público.

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EL PERFIL: Francisco Rímmele nació hace 52 años en Cipolletti. Está casado desde hace 26 con Andrea Segovia. Tienen tres hijos: Sebastián, Federico y Facundo, de 21, 18 y 16 años respectivamente. Los dos mayores en la Universidad. El menor cursa el colegio secundario en Cipolletti. Disfruta de su tiempo libre mirando películas, deportes y también acompañando a sus hijos en los deportes que practican. “Es algo que les inculcó su madre y siempre los apoyé para que pudieran practicarlos, es una de mis mayores satisfacciones”, agrega.

La intervención del Estado mediante planes sociales ha generado la cultura del “no trabajo”…

Sí, y va a llevar demasiado tiempo reconstruir una cultura constructiva. Es un camino que hay que sostener en el tiempo, esté quien esté en el gobierno. Veo demasiada mediocridad en los que ocupan puestos de decisión, demasiados intereses particulares. Hace falta un mayor involucramiento genuino y un mayor sinceramiento.

¿Cómo contribuir a producir cambios desde las empresas?

Yo tomé este camino de estar más involucrado y conectado con la comunidad, más allá de los negocios, que me ha permitido en muchos casos sortear las diferencias de salarios. Nosotros no pagamos los mejores sueldos, tampoco los peores, pero entendemos que damos otros beneficios, generamos un buen espacio de trabajo, un buen clima, actividades periódicas que nuestros colaboradores comparten. Integramos a las familias con muchas acciones dentro de un plan denominado P.A.R.S.E. (Plan Anual de Responsabilidad Social Empresaria), con el foco hacia adentro, dedicado a nuestra gente. Estoy convencido que el efecto debe ser de adentro hacia afuera.

Es enorme el impacto que generan los altos impuestos, incluso aquellos que son inconstitucionales, como los que cobran los municipios bajo el nombre de tasas

¿Qué barreras tienen las empresas para crecer?

El costo laboral es muy significativo, es aproximadamente el doble de lo que recibe el empleado en mano y que en muchos casos se agudiza con el impacto que generan los cambios que se producen por distintos acuerdos salariales dentro del marco de los convenios colectivos de trabajo, aunque ahora es mucho más razonable que antes. Otro problema es la falta de personal formado para las oportunidades que se presentan, que en algunos casos requiere hacer mayores inversiones en capacitación. Y finalmente el enorme impacto que generan los altos impuestos, incluso aquellos que son inconstitucionales, como los que cobran los municipios bajo el nombre de tasas, que no es más que un ingreso bruto paralelo, que de por sí, éste último, es el impuesto más distorsivo que existe.

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¿En qué medida se valora el rol del empresario en la sociedad?

Si no hay educación, es difícil discernir, por lo que muchos se guían por lo que dicen otros. La educación hace libres a las personas, les da herramientas para pensar. Hoy el empresario no es buena palabra lamentablemente, porque lo han estigmatizado, a pesar de ser el que genera trabajo genuino. Hay mucho prejuicio. Es un error que comete la sociedad, sobre todo desde la política. Hay que apoyar y resaltar el desarrollo emprendedor y al empresariado en general, es lo único que puede darle salud a una sociedad enferma de subsidios. Hay que diferenciar al empresario de riesgo del que gana dinero por su vínculo con el poder político… Esos no son empresarios, son testaferros. Hay gente que no lo ve con claridad porque no cuenta con una adecuada formación, o porque está bombardeada por la política y por los medios. En la educación radica nuestro gran problema. Me generan mucha expectativa personas como Manes, Bullrich, que se encuentran muy comprometidas con la educación. Algo están haciendo, pero la velocidad que necesitamos no la pueden imprimir porque encuentran escollos por todos lados.

¿Cuáles fueron los momentos más complicados en tu vida empresaria?

El momento más complicado fue entre los años 2001 y 2002, cuando hubo un estancamiento profundo. Pero en las crisis más grandes hay mayores oportunidades. Yo tenía idea de incursionar en Buenos Aires. Entonces, contacté a Jorge Petrocelli, actual socio y accionista del clúster. Le propuse sumarse, si bien en aquel momento crítico la empresa no tenía tanta solidez como ahora. Aceptó, y empezamos a trabajar en la ciudad de Buenos Aires. Eso nos abrió otras expectativas y posibilidades. Justamente en junio de este año nos mudamos a unas nuevas oficinas en Colegiales, duplicando la superficie que teníamos.

¿Cuántos colaboradores integran CLUSTERciar?

Hoy contamos con más de 300 colaboradores distribuidos en distintas provincias. Tenemos oficinas en Neuquén, Buenos Aires y Comodoro Rivadavia, y próximamente inauguraremos una en Cipolletti, ubicada estratégicamente entre los dos puentes, sobre la ruta 151. Contamos también con una sede de la fundación en Cipolletti y con una base en Las Heras para atender los contratos de la zona. Además, estamos presentes en CABA y en provincias como Buenos Aires, Mendoza, La Pampa, Chubut, Santa Cruz y Santa Fe.

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¿Cuáles han sido los factores claves del éxito en estos 25 años?

Creo que uno de los mayores puntos a favor es estar muy cerca del cliente con nuestra gente, con nuestros mandos medios. Esta presencia constituye un valor diferencial. Tenemos muy claro que, por más que la tecnología y las redes avancen, es bueno que exista un contacto cotidiano con el cliente, para poder brindarle en forma local los servicios que requiera. Armar esa red nos genera un desafío en la logística interna, pero para el cliente representa un beneficio. Por otra parte, otro factor clave son nuestros ejes estratégicos: el crecimiento, la diversificación y la regionalización.

¿Cómo desarrollan el capital humano?

Contamos con una Dirección dentro del cluster que denominamos “de Desarrollo de las Personas”, donde un equipo de profesionales atiende las necesidades de cada empleado y le brinda un apoyo permanente. También tenemos un staff de mandos medios a quienes transmitimos el compromiso y la forma de trabajar que caracterizan a nuestro clúster.

¿Cuál es la respuesta?

Nosotros desarrollamos un plan anual de capacitación que contempla diversas necesidades de formación complementaria. No obstante, hay casos de empleados que no asisten a cursos que son financiados por la empresa y que ellos mismos solicitan, lo cual nos llama la atención. Sin embargo, la gran mayoría del personal responde y aprovecha las oportunidades que brindamos para su desarrollo profesional.

Son la única empresa pyme regional que ha creado una fundación y un instituto terciario…

Si, y no es un tema menor. Si uno habla con personas que tienen o que gestionan empresas, nota que siempre su primera prioridad es ganar dinero. Si bien se trata de un objetivo obvio, yo no lo considero como una prioridad porque lo entiendo, justamente, como obvio. Me importa mucho más el “cómo”. Quizás tener la fundación nos hace obtener menores márgenes de ganancias, pero siempre me pregunto: de no tenerla, ¿lograríamos esos márgenes? Nunca lo voy a saber, más allá de que la fundación genera una enorme empatía con el entorno y nos hace más fuertes incluso con nuestra propia gente, son efectos que resultan muy difí- ciles de medir.

¿Cuáles han sido las satisfacciones más importantes como empresario? El reconocimiento de mis hijos, sobre todo de los mayores, que ya pueden razonar y ven a otros que han llegado a donde estamos nosotros pero de otra manera, y saben ver la diferencia. El hecho de haber recorrido el camino que transité con coherencia me generó ese reconocimiento, y para mí es una de las mayores satisfacciones.

Fuente: Impacto Económico