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El día después del coronavirus. Pensemos las bases de la Argentina

Antes de imaginar un escenario deseable, comencemos con el estado de situación. La pandemia conocida como coronavirus es tal vez el mayor “cisne negro” en la economía internacional desde la crisis subprime del 2008, la cual en su momento llevo al comercio global a una caída histórica anual de 20%.

Por Pablo Benitez Jaccod; Magister en Economía Política. Fundación Progreso y Libertad

En los últimos 100 años, el mundo ha visto siete pandemias (la gripe española, asiática y de Hong Kong, H1N1, SARS, MERS y Ebola), todas con consecuencias para la economía global. Difícil conocer los escenarios futuros, algunos van desde el mas pesimista a moderados. Según estimaciones del BID, en uno de sus informes sujeto a modificación. China, zona núcleo de la pandemia, pero además vector del comercio mundial, vio caer sus exportaciones en un 17% y las importaciones un 4% en el primer bimestre del 2020, comparado con ese mismo período el año anterior. Las exportaciones de América Latina y Central hacia China y las importaciones desde ese país a la región también disminuyeron en el mismo período en un 12% y 6%, respectivamente. La UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) estima que la disrupción en las cadenas globales de valor generada por la caída de la oferta china (en base a lo observado en febrero), reduciría por sí sola las exportaciones mundiales en alrededor de US$ 50 mil millones en 2020 (0,3% de las exportaciones globales). Al mismo tiempo, a principios de marzo refería de manera muy preliminar a una caída de entre 5 y 15% de los flujos anuales de IED.

Con respecto al mercado mundial de energía, la AIE (Agencia Internacional de Energía) en su informe titulado Oil Market Report (OMR) 2020, señala que la demanda mundial de petróleo va sufrir una reducción por primera vez desde el año 2009, debido a la epidemia del coronavirus.

Es central la caída del consumo en China que represento más del 80% del crecimiento de la demanda mundial de petróleo en 2019. En febrero, hubo una disminución anual estimada de 4.2 millones de barriles diarios (mb / d) de los cuales 3.6 mb / d corresponden a China. Las grandes interrupciones en los viajes y el comercio acompañan este fenómeno.

La demanda mundial debería ser ahora de 99,9 millones de barriles diarios en 2020, unos 90.000 barriles menos que 2019. Estas proyecciones varían según los escenarios previstos. Toda esta situación agravada por un shock de suministro debido al fin de las restricciones a la producción de los productores de la OPEP y Rusia. Esto último ya complicaba de por si el desarrollo de Vaca Muerta que aún sigue sin un plan estratégico.

Según lo expuesto todo pareciera complicarse. Ahora, de acá a futuro, lo que también se deberá observar serán los efectos del paquete fiscal aprobado el pasado 27 de marzo por el Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica en forma unánime, el cual asciende a unos U$S 2.2 billones. Este monto supera al otorgadoen la crisis de 2009, el cual fue de U$S 700.000 millones. A esto hay que sumarlela fenomenal inyección de liquidez dispuesta por la Reserva Federal la cual se estima en unos U$S 4 billones.

Por su parte la República Popular China ha establecido que alrededor del 95% de las grandes compañías de Hubei ya retomen su actividad, mientras que el 60% de las pequeñas y medianas empresas comiencen a estar activas todo apunta a volver a posicionar su capacidad exportadora global. Por su parte el Banco del Pueblo de Beijing (BoP) – Banco Central – recorto el coeficiente de reserva bancaria con el objetivo de aplicar una voluminosa inyección de liquidez, unos US$78.000 millones, los cuales serán canalizados por instituciones financieras. Además, las pequeñas y medianas empresas recibirían US$30.000 millones en bonos especiales. Corea del Sur amplio su paquete de apoyo económico en casi U$S 80.000 millones de dólares, apuntando a empresas. Australia presento 3 paquetes de estímulo fiscal y monetario los cuales ascendieron a unos U$S 113.800 millones, Hong Kong y Singapur actuaron en forma similar.

La inmediata recuperación de esta zona del mundo es fundamental para la Argentina, recordemos que el comercio global de agro alimentos y energía desde comienzo de este siglo, tanto por la demanda  de China, seguida luego por otros países de la región de Asia Pacífico,  ha aumentado fuertemente, gracias a la creciente incorporación de parte de su población hacia las clases medias, el aumento del ingreso per cápita de los países de la región Asia Pacifico y nuevos hábitos de su dieta alimentaria y crecimiento tecnológico e industrial. Recientemente también se han agregado los países de región de Asia del Sur (Bangladesh, India y Paquistán)

La clase media China, asciende a unos 440 millones de personas y posee un ingreso promedio de U$S 40.000 anuales, son gran demandante de productos de elevada calidad que la Argentina puede ofrecer.

Ahora, es necesario comprender que independientemente de la situación actual, la Argentina carece de pensamiento estratégico en esta área. Lógicamente el minuto a minuto apremia y la resolución del tema de la deuda aparece también en el horizonte. Hoy la economía está paralizada, pero el día después del coronavirus. ¿Están las bases y punto de partida para la inserción internacional?  Ahora: ¿Que serían las bases? La transparencia institucional, la justicia, una moneda sana, impuestos bajos, infraestructura, mercado laboral flexible, la solidez de los derechos de propiedad y el entendimiento de que el empresario es el motor y creador de riqueza, educación de calidad que eleve las habilidades competitivas y el entendimiento de que el comercio internacional es una oportunidad que hay que dejar prosperar. Estos son los anticuerpos que la Argentina necesita crear, porque el día después llegará y aun con el mejor escenario deseable, de persistir con ideas en sentido contrario nos seguiremos debilitando aún más.

Fuente: CCNews