Éxodo inesperado: de Añelo a Catriel
La localidad rionegrina teme que la baja de la actividad en Vaca Muerta genere una sobreoferta de servicios en sus campos. Empresarios piden que se dé prioridad a los locales.
El largo brazo de Vaca Muerta llega hasta Catriel. Y no porque la zona estrella de la explotación petrolera haya generado un rebote productivo. Ocurrió lo contrario: cuando el boom comenzó a desinflarse, empresas que probaban suerte en la meca del shale decidieron buscar nuevas chances en la ciudad donde el 20 de noviembre de 1959 brotó por primera vez el oro negro en suelo rionegrino.
De Añelo a Catriel son 170 kmilómetros y dos horas sobre la cuenca trajinada por aquellos pioneros que soñaban con un país que se autoabasteciera de energía. Un viaje de la última tecnología y los grandes nombres a lo convencional, de los cazadores de oportunidades y los desterrados de la nueva quimera a la necesidad de encontrar el modo de continuar con la extracción en 15 yacimientos maduros de una industria que con 3.000 empledos directos y una cifra similar de indirectos aun sostiene la vida económica de buena parte de los 30.000 habitantes que declara la municipalidad.
Con la pujanza pampeana de 25 de Mayo al otro lado del Río Colorado al Norte, el gigante nequino al Oeste y el despertar de la producción hidrocarburífera en el Alto Valle al Sur, Catriel da batalla con sus 6.900 metros cúbicos diarios, el 80 % de la producción de Río Negro. Y con la novedad de que la petrolera Aconcagua se haría cargo de tres yacimientos de YPF: El Santiagueño (a 30 km de la ciudad), El medanito (20 km) y Barranca de los Loros (3 km).
La noticia trajo esperanzas en el tramo final de un 2016 de amesetamiento de la mano de la crisis internacional, escasas inversiones y el fantasma de la eliminación del subsidio del barril criollo, que impactaría de lleno en las arcas municipales: perdería el 20 % de los 14 millones de pesos que ingresan hoy por la suma de las regalías.
Por ley, se utilizan en obras de infraestructura como el bulevar de la avenida San Martín o el incipiente polo agropecuario en el que la comuna invirtió $ 35 millones para brindar una alternativa en el camino de la diversificación y volver a conectar a Catriel con su origen de colonia pastoril.
Los locales tomaron nota de la competencia inesperada que provocó el aumento de la oferta de empresas de servicios que llegaron desde Añelo. Por eso exigen que Aconcagua, Pampa Energía (otro nuevo jugador en la zona) y las otras nueve operadoras que actúan aquí contraten a las compañías rionegrinas.
“Que contraten acá”
“No somos necios, no cerramos nada con candado. Si es necesario que vengan con tecnología que no tenemos las esperamos con los brazos abiertos. Pero lo que tenemos acá que lo contraten acá. Es un derecho adquirido y vamos a ser inflexibles en esto”, explica Ramiro Arceo, con 21 años en la industria y presidente de la Cámara de Servicios Petroleros de Río Negro (Casepe), que nuclea a 60 empresas, una de ellas la suya.
Tiene 30 empleados y traslada combustible entre yacimientos en 16 camiones que pueden cargar 30 m3 cada uno. La compañía lleva su nombre.
Hay que pasar el verano
Si el desembarco de mayor oferta justo cuando caía la demanda no había sido la mejor noticia, el vendaval de equipos parados y de telegramas de despidos profundizó la preocupación sobre el cierre del año. Aunque otra vez el centro del temblor es Vaca Muerta, el temor es que el efecto cascada termine por arrastrar a Catriel.
“ La situación es preocupante. Ahora lograron calmarla un poco, pero si Nación no interviene, en enero y febrero va a ser una catástrofe y la conciliación será apenas una curita. Hemos hablados con las autoridades del área en Río Negro para que se convoque a las operadoras en busca de medidas para paliar la crisis”, relata Arceo. Hubo buena recepción al pedido en la Secretaría de Energía de la provincia y el compromiso de convocar a reuniones después de Navidad y Año Nuevo para trabajar en esa línea. Habrá que pasar las Fiestas y un verano que se anuncia caliente.
Ajustes, vicios y fantasmas
Cada vez que llega el tiempo del achique quienes más lo sufren son los empleados de las empresas de servicios, ya que las operadoras tienen poco personal propio. Ese es el panorama que describe Arceo. Y por eso le preocupa lo que viene, entre otras cosas por la anunciada baja del barril criollo. Pero esa quita de subsidios dispara otra reflexión.
“¿Por qué está subsidiada nuestra industria? Es la pregunta del millón. Hay que admitir que está llena de vicios. Las operadoras deberán hacer su mea culpa en cuanto a organización, logística y estructura. Y hay también superpoblación de empresas de servicios: somos muchísimas”, señala. Y lo relaciona con Vaca Muerta: “Era la panacea, la solución enérgética, la frutilla del postre. Y creo que ese show ayudó a que se enviciara el sector, porque se pagaba por servicios que no se daban y se superpoblaban de gente los yacimientos. Suponían que eran costos mínimos por lo que se iba a generar”, agrega. Y si esa distorsión cuesta caro, también suma otro factor que define como la “fantasmeada”. “Es así: algunas de esas empresas no eran genuninas”, señala.
Pese a todo, ve luz en la rendija. O al menos la esperanza de que las operadoras que llegaron reactiven el movimiento y que las otras cumplan con las inversiones comprometidas en la renegociación de áreas.
Y si el barril criolo no se hunde y a eso se le sumara el freno a la estampida de Vaca Muerta, Catriel volvería a la tranquilidad convencional hoy amenazada. Como dice el intendente Carlos Johnston, el desafío es que la torta petrolera no se convierta en un alfajor.
Hay una invasión de firmas de servicios que quedaron varadas en Vaca Muerta. Implica más oferta cuando cae la demanda.