“La eficiencia energética es la fuente de energía más rentable que tenemos”
Entrevista con Andrea Heins, subsecretaria de Eficiencia Energética
Con el ojo puesto en la difusión de las industrias, el Gobierno creó una Subsecretaría de Eficiencia Energética para garantizar acciones de mitigación. Realizará un balance de energía útil e impulsará las renovables para abaratar costos de producción.
Asentada en un escenario de precios bajos, la industria energética mundial convive diariamente con el dilema de abaratar costos para su actividad y que los recursos sean rentables. La eficiencia energética apareció como una de las soluciones potables de ese inconveniente, ya que permite, por medio de regulaciones ambientales que promovieron leyes internacionales, optimizar el uso de la energía.
En la Argentina también surge como una herramienta clave para minimizar las importaciones. “La energía es una herramienta esencial para la vida moderna. Sin ella, todo desarrollo humano es inviable. En la eficiencia energética y el uso responsable tenemos la fuente de energía más rentable en términos económicos, ambientales y sociales, y nuestra misión como Gobierno y como ciudadanos es hacer esto posible”, enfatiza Andrea Heins, subsecretaria de Eficiencia Energética de la Nación, en diálogo conRevista Petroquímica, Petróleo, Gas, Química & Energía.
En la órbita del Ministerio de Energía, la Subsecretaría se aboca de forma exclusiva a la implementación del decreto 140/07 (Pronuree) a través de la activación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés), que actúa como un fideicomiso de crédito a una tasa anual del 9% en pesos en 84 meses y otorga recursos para la realización de proyectos de ahorro y eficiencia energética como diagnósticos energéticos y propuestas financieras para la promoción de actividades en el sector industrial (especialmente Pymes), programas de normalización, etiquetado, certificación, ensayos y programas de capacitación, entre otros.
“Se creó por primera vez una Secretaría de Planeamiento Energético Estratégico para dedicarse exclusivamente al ahorro y la eficiencia de la energía. Debemos desarrollar programas de difusión y comunicación. Tenemos un gran desafío en esos términos”, remarca Heins.
En el caso de las grandes empresas, lleva adelante un piloto para la implementación de la Norma ISO 50001. Ya son nueve las que participan en el proceso, entre las cuales se encuentran YPF y AESA. El objetivo es que, con los fondos mencionados, se cubran los gastos y se generen guías para sistemas de gestión de la energía.
La intención a futuro será multiplicarlo con más compañías. “Queremos incorporar la eficiencia energética en la educación formal en todas las currículas, desde primario hasta las universidades. Debemos seguir construyendo sobre lo que ya está construido”, resalta la funcionaria.
Revertir la tendencia
Generar eficiencia será clave para revertir la tendencia energética. Sucede que para lograr el escenario acordado en la cumbre de París de diciembre (un aumento de dos grados centígrados en los próximos 50 años), el 40% de las acciones de mitigación deben ser por medio de eficiencia energética. El resto se lo reparten el cambio de combustible, energías renovables y energía nuclear.
“La energía no es sólo un problema coyuntural de la Argentina. Es un recurso escaso y muy valioso en todo el mundo desde 1974, año en el que se comenzó a evitar el uso de la energía”, señala Heins.
El país firmó una reducción del 15% de las acciones respecto del escenario tendencial incondicional y un 30% condicionado al ingreso de financiamiento. A entender de la funcionaria, el país deberá vincularse con organismos internacionales multilaterales que cuentan con disponibilidad de financiamiento y recursos económicos para fomentar proyectos de ese estilo. “La realidad es que con el primer porcentaje no estaríamos haciendo una curva adecuada en lo que respecta a nuestras emisiones. Necesitamos ese 30% para lograr una reversión”, resume.
Más allá de los beneficios que se conocen sobre su accionar (reducción de energía, gases de efecto invernadero y costos), el uso útil de la energía aporta a la macroeconomía, ya que el país es importador neto del elemento y le genera desajustes en la balanza comercial. “Se puede producir más y consumir menos. Hay países que lograron incrementar su PBI y desacoplaron su consumo de energía. Existen dos importantes componentes que permitirán esto: generar un uso responsable e implementar mecanismos y tecnologías más eficientes”, explica la subsecretaria.
Por caso, ciudades de la Patagonia como Bariloche consumen cuatro veces más per cápita por metro cuadrado que Estocolmo, que tiene un clima más frío y consume el doble que el resto del país.
Heins: “La energía no es sólo un problema coyuntural de la Argentina. Es un recurso escaso y muy valioso en todo el mundo desde 1974, año en el que se comenzó a evitar el uso de la energía”
En esa línea, la Subsecretaría realizará un balance de energía útil para reducir los costos de producción y optimizar las operaciones. “El transporte consume el 30% de nuestra matriz energética y las oportunidades de reducir esa cifra son muchas. Tenemos un gran desafío en la comunicación con las industrias”,
concluye Heins. ©
Fuente: Revista Petroquimica