Transformación digital

Los reyes de los 60 millones de usuarios: conozca a los sub 35 que llevaron Taringa! a Silicon Valley

Cuando en 2006 era una rareza compartir información en Internet, tres jóvenes apostaron por el negocio de las comunidades web. Los problemas legales, la llegada de Buzzfeed en español y el pago con bitcoins.

 

 

Remera gris y jean. Mark Zuckerberg abrió el placard y la cabeza de muchos prejuiciosos –y conservadores- gerentes y les enseñaba una lección: un joven empresario podía innovar y hacer dinero a lo grande.

En aquél 2006, Zuckerberg creaba Facebook en su habitación de la universidad de Harvard. En la Argentina, los hermanos Matías y Hernán Botbol y Alberto Nakayama compraban Taringa! y comenzaban con una larga travesía que se coronó al pasar de las 30 mil visitas mensuales a las 4 millones diarias; pero tuvieron que trabajar, y mucho.

Los dos factores que motorizaron su crecimiento fueron la publicidad tradicional y el sistema llamado Inteligencia Colectiva. Es decir que los 46 empleados que hoy tiene Taringa! no generan el contenido sino que sus propios usuarios crean y suben 35 mil posteos diarios. Desde noticias hasta humor, pasando por música, ecología, paranormal y hazlo tú mismo, las categorías dan lugar para todo tipo de información.

Ese primer escalón ya fue un reto para ellos, más aún siendo emprededores sub 35. “Nosotros somos una empresa joven y cuando interactuamos con gente mayor genera una sensación rara”, cuenta Matías Botbol, CEO de Taringa!, sobre las primeras impresiones que se llevaron sus interlocutores en aquellos tiempos. “Al principio era difícil porque quizás era raro ver gente joven manejando una empresa. Pero después, con la fama de Mark Zuckerberg, que es uno de los empresarios más ricos del mundo, siempre en jean y remera, ese prejuicio cambió”, relata, durante la entrevista con Apertura.com. Ahora todo cambió. “Suele ser un valor de alguna manera ser joven y poder llevar adelante una empresa. Más ahora que hubo una ola grande de nuevos emprendedores jóvenes”, afirmó.

Mientras Mark Zuckerberg construía desde Silicon Valley, a los dueños de Taringa! se les encendió la lamparita: ¿por qué no mudarse hacia la meca tecnológica, rodearse de la crème de la crème geek y nutrirse tanto como se pueda de la experiencia? Entonces, Hernán Botbol se mudó hacia allá. “Hace dos años que mi hermano vive y trabaja en inversiones y en deals desde Silicon Valley. Está bueno tener presencia ahí porque te abre puertas con un nuevo target y ves para dónde va la industria”, relató.

De esa cruzada nació un acuerdo con Xapo, la empresa del argentino Wenceslao Casáres, que ofrece una suerte de “billetera para bitcoins”. Nacido en abril de 2015, se basa en un sistema derevenue share. “Un usuario que crea asiduamente contenido pasa a formar parte de nuestro programa Creadores. A partir de ahí, nosotros compartimos una parte de nuestros ingresos generados por esos contenidos. Eso se paga en bitcoins y nos permite trabajar con gente de todo el mundo y con sumas bajas porque no hay gastos transaccionales”, explicó Botbol. Hasta ahora, se pagaron US$ 100 mil en concepto de bitcoins.

La parte difícil

Dentro del universo de Taringa!, sus usuarios generaron un lenguaje propio. Así, palabras como “puntines” (referida a los puntos que premian o critican una publicación), “lince” (forma amigable de referirse a otro usuario) o “+10” (puntuación máxima que se puede recibir) dieron lugar a un diccionario tácito que los 60 millones de usuarios únicos mensuales ya conocen.

Sin embargo, ese mundo de gente conoció aquél histórico Taringa!, donde había links para descargas y otros contenidos sensibles de copyright.

“El primer problema legal es que en la Argentina no hay una reglamentación clara sobre el tema de los intermediarios, tal como es Taringa!”, aseguró Botbol. En ese sentido, recordó el fallo de la Corte Suprema de Justicia que desligó a Google y Yahoo! de ser responsable por su intermediación a la hora de acerca contenido con sus buscadores. “Nuestros problemas cayeron –y se resolvieron- sobre ese fallo”, afirmó el emprendedor sobre esa discusión, donde ellos fueron “los primeros en sufrirla”. “Nosotros tenemos canales de denuncias, para que quien se vea afectado nos pueda contactar. Pero cuando uno cumple sus derechos también tiene que cumplir los de los usuarios, es decir, derecho a expresarse y que no haya censura”, equilibró Botbol.

Esa no fue la única piedra por saltar, porque incluso cuando llegaron al negocio en 2006, se encontraron dentro de Taringa! uno de los contenidos más buscados en la historia de Internet: pornografía. Y mucha.

Botbol lo recordó con claridad. “En 2006 teníamos una parte de contenido adulto y entendimos que eso no nos iba a ayudar en el crecimiento, no porque veamos mal ese contenido sino porque las cosas mezcladas no dejaban en claro qué eramos”, narró. ¿Qué hacer entonces? Borrar y prohibir ese tipo de posteos era una opción pero también una suerte de traición a los propios usuarios. “Era injusto eliminar ese contenido porque si los usuarios lo generaban había que respetarlo”, analizaron en aquél entonces, por lo que crearon Poringa! –“ya se imaginarán de dónde viene el nombre”- y allí alojaron esa información. Si bien la define como “una empresa por afuera”, su popularidad no les es ajena y hoy cuenta de con una expandida fama.

La lista de desafíos no se detienen allí. Cuando empezaron en 2006, compartir información en Internet, generar contenido o comentar noticias -hoy en día reciben más de 50 mil comentarios- no era usual. Es más: era una rareza. Hoy, Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn cuentan todo sobre todos. Información actualizada todo el tiempo. Aquellos que hoy pueden ser una competencia externa son vistos con buenos ojos -aunque sorprenda- por los dueños de Taringa! “Nosotros creemos que la competencia te ayuda a mejorar. Las redes sociales nos beneficiaron porque educaron a la gente. Antes parecía que compartir en Internet era peligroso y hoy si no lo hacés sos raro”, comparó Botbol.

En ese marco, Buzzfeed, un sitio con muchos puntos en común con Taringa!, aunque sus números hablan de otra realidad. Por mes, Buzzfeed recibe 5000 millones de visitas. Y eso no es todo: ya ofrece su versión en español. Es decir, competencia para Taringa!, aunque ellos le restan importancia. “Que haya empresas com Buzzfeed no nos preocupa; sí está bueno ver cómo funcionan sus negocios y saber cuáles son nuestras debilidades”, concluyó Botbol.

Mientras esta nota llega a su fin, en Taringa! hay 208 mil personas conectadas, leyendo, comentando, compartiendo y generando más contenido. Las 24 horas, los 365 días del año. La Inteligencia Colectiva jamás descansa.

Fuente: Apertura