Sustentabilidad ambiental: una búsqueda necesaria
Cómo la ingeniería contribuyó a llegar al punto en el que estamos. Desigualdad y pobreza, barreras para el desarrollo sostenible. Marco normativo y herramientas de gestión en Argentina.
Existen animales que trastocan su entorno además de lo humanos. Un ejemplo clásico es el castor, que tala árboles para usarlos como represas. En su hacer beneficia a la biodiversidad con la que convive, siendo ganadores animales vecinos, plantas, etc. Pero el hombre es la única especie capaz de transformar completamente la naturaleza y no siempre con resultados positivos para el ecosistema. La humanidad cambió su manera de vivir desde el desarrollo tecnológico que supuso la Revolución Industrial en la segunda mitad del siglo XVIII. Y dicho avance no fue acompañado por un cuidado adecuado del medio ambiente.
Desde esa época se produjo un incremento estimado del 40% en la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera por emisiones antropogénicas. La acumulación exponencial de gases de efecto invernadero (GEI) alteró la composición de nuestra atmósfera y generó el Cambio Climático (CC). La ingeniería también fue parte de esos cambios. Con el fin de alcanzar beneficios para la población contribuyó con lo que, para una óptica ambiental y social, pudo volverse insostenible. La creación de motores de combustión fósiles, por ejemplo, tuvo un positivo impacto en la evolución social pero relativamente hace pocos años se comprobó que el uso prolongado en el tiempo es uno de los causantes del calentamiento global y que contamina el aire. Lo mismo ocurrió con otras tecnologías.
“En la historia de la humanidad hay causas ambientales directas o indirectas en el colapso de grupos humanos, demostrables en todos los continentes y asociadas con fallas en el desarrollo”, aportó Pablo Canziani, doctor en ciencias físicas, investigador del CONICET y director de unidad de investigación y desarrollo de las Ingenierías de la UTN Buenos Aires. “Hoy estamos a un nivel más grave porque el impacto alcanza a todo el planeta”, sumó. Entonces: ¿Puede la mano del hombre arreglar lo que generó?
Buscar la sustentabilidad
Los expertos coinciden en que sí. Pero hay que actuar con urgencia o se alcanzará un punto de no retorno en el daño. La empresa no es sencilla, ya que encontrar una manera sustentable de organización implica la participación de políticos, empresas y profesionales, pero también un cambio a nivel doméstico y mental. “La sustentabilidad ambiental tiene un significado ético y moral que trasciende lo estrictamente tecnológico, y no puede medirse solamente por la mejora en la eficiencia energética, la disminución de las emisiones de GEI, o por la reducción en la generación de residuos”, clarificó el ingeniero Osvaldo Postiglioni, presidente de la Comisión de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable del Centro Argentino de Ingenieros (CAI). “Es razonable pensar que la estructura social y económica que rige en el mundo no es la más apropiada para lograrlo. La desigualdad, la inequidad y los altos niveles de pobreza constituyen el principal obstáculo para el desarrollo sostenible”, continuó. Según explicó, hay que pensar globalmente y actuar localmente.
“La ingeniería, en colaboración con las ciencias sociales y expertos económicos, tienen un rol esencial en el objetivo de reducción de la brecha planteada”, estimó Postiglioni.
Desafíos y marco normativo en Argentina
La promulgación de la Constitución Nacional de 1994 jerarquizó el derecho a un ambiente sano, la obligación de preservarlo y de recomponer los daños. A partir de allí se promulgaron numerosas normas ambientales. La Ley General de Ambiente 25.675 (2002) establece la búsqueda de “una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica, y la implementación del desarrollo sustentable”. En base a esto, Postiglioni estima que los desafíos pueden agruparse según “los derivados del marco normativo vigente, los que tienen relación con los aspectos institucionales, o bien los vinculados a las temáticas específicas de las actividades humanas en sectores productivos o de servicios, potencialmente más riesgosos”. En cuanto a lo normativo “el desafío es la clarificación de los procedimientos para la participación de la comunidad organizada”. En lo institucional, “está focalizado en dotar a los organismos de aplicación los recursos necesarios para cumplir con su misión de control de las regulaciones vigentes”. En este punto, Canziani coincide, y aclara que “tenemos el problema de que nos fascina hacer leyes, pero después no las usamos”. “La Justicia no cumple con su función controladora de la ejecución, falta el poder de policía y sobra la corrupción”, disparó.
Herramientas de gestión
La normativa ambiental también fija herramientas de gestión a la hora de autorizar una actividad. En la fase previa, se debe efectuar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) o en un Estudio de Riesgo Ambiental (ERA). “En estos se incluyen las medidas de mitigación para reducir o eliminar los impactos negativos identificados. El responsable del proyecto debe recurrir al asesoramiento del grupo interdisciplinario que le aporte las sugerencias y advertencias de la posible incidencia ambiental en las distintas etapas del proyecto”, terminó Postiglioni sobre el trabajo del ingeniero.
La ingeniería buscará equilibrios entre las necesidades de desarrollo y la normativa ambiental.
Fuente: CAI

