Chicas en Tecnología: programando el fin de la brecha de género

Chicas en Tecnología es una ONG sin fines de lucro que trabaja para disminuir la brecha de género en un sector donde los hombres son mayoría. Aquí, un recorrido por sus programas, sus iniciativas y sus logros.

Chicas en Tecnología (CET) nació con la motivación de reducir la brecha de género en el sector tecnológico. En menos de 4 años benefició a más de 2000 chicas en 14 provincias argentinas, formó a más de 200 docentes y facilitadores, y obtuvo reconocimientos nacionales e internacionales por el impacto social de su actividad. CCnews conversó con Florencia Boero, Coordinadora de Comunicación y Prensa de la organización.

¿Cómo nació CET?

La iniciativa surgió en 2015 de la unión de sus cuatro fundadoras: Mariana Varela, Carolina Hadad, Sofía Contreras y Melina Masnatta. Ellas venían de ámbitos como la programación, el emprendedorismo, el diseño de experiencia de usuario y la tecnología educativa. En ese momento se empezaron a preguntar por qué había tan pocas mujeres en los sectores donde trabajaban, entonces decidieron crear CET.

¿Con qué barreras se encontraron?

La primera dificultad fue que todos los datos sobre la brecha de género en tecnología eran de Europa o de EE.UU. Por eso nació nuestra área de investigación, con la que ya realizamos tres sondeos en Argentina. En uno de ellos encontramos que, de las personas que se inscribieron en carreras relacionadas con la programación entre 2000 y 2015, solo el 16% fueron mujeres. En otra investigación más amplia, donde abarcamos carreras vinculadas a la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática, hallamos solo un 33% de mujeres inscriptas.

¿Cuál es la causa de la escasa presencia femenina?

Según una investigación de Equals, las principales causas de la brecha de género son cinco: los estereotipos que marcan que la mujer no debería estar en tecnología, la poca confianza hacia la mujer en el uso de recursos digitales, la falta de información que tienen las adolescentes sobre tecnología, el desconocimiento de oportunidades profesionales y la falta de comunidades que impulsen la permanencia de las mujeres en el rubro. Nosotros trabajamos para convertir estas causas en oportunidades para las chicas a través de nuestros programas e iniciativas.

¿A qué mujeres dirigen sus acciones?

Nuestros programas son libres y gratuitos, y están dirigidos a chicas de entre 13 y 17 años que cursan el secundario. Nos enfocamos en ellas porque a esa edad las personas decidimos qué carrera vamos a seguir, y está comprobado que elegimos una carrera de acuerdo con la actividad en la que sentimos que somos buenas. Entonces, si en esa etapa de la vida no les demostramos que ellas son capaces de crear tecnología, es muy probable que no consideren este rubro como un camino de desarrollo profesional.

¿Cómo es la labor cotidiana de CET?

Motivamos, formamos y acompañamos a las chicas para que se conviertan en las próximas mujeres líderes del sector. Se trata no solo de que adquieran habilidades técnicas y tecnológicas, pensamiento computacional y conocimientos para desarrollar aplicaciones, sino también de que construyan habilidades de liderazgo, de emprendedorismo y de trabajo en equipo, que son claves para el desarrollo de la tecnología.

¿Cuál es el objetivo de los programas?

“Programando un mundo mejor” les enseña a las chicas a identificar un problema en su comunidad, a crear una solución tecnológica y a comunicarla. “Clubes CET” son talleres en escuelas, liderados por educadores formados por nosotras. Por último, “Comunidad CET” es una red de apoyo y mentoreo donde las egresadas encuentran apoyo y formación extra a través de becas para cursos de programación, desarrollo o diseño UX. También acceden a un campus virtual, webinarios, oportunidades de pasantías y de participación en eventos.

¿Qué otras actividades desarrolla CET?

Aparte de los programas tenemos iniciativas en el área de investigación, justamente para obtener datos, porque a partir de los datos podemos generar políticas públicas y privadas. Trabajamos con un enfoque de cambio sistémico, lo que significa que para producir transformaciones reales en la sociedad necesitamos involucrar a todos los actores: empresas, gobierno, familias, docentes, porque cada uno desde su lugar puede realizar una acción y contribuir a mejorar la situación de la desigualdad de género en tecnología.

¿Cómo nació la aplicación para personas hipoacúsicas?

“Clubes CET” fue creado con la idea de que, desde el lugar donde estés y con la tecnología que tengas a mano, podés cambiar el mundo. Entonces, dentro de este programa, que el año pasado se desarrolló en 57 localidades argentinas, un grupo de chicas de la ciudad neuquina de Centenario crearon una aplicación que facilita la comunicación de personas hipoacúsicas. De esta manera aprendieron a utilizar la tecnología como una herramienta de impacto social que ayuda a transformar la vida de muchas personas.

¿Cuáles son los principales logros de CET?

Uno de los más importantes es el de continuar trabajando desde 2015 con un crecimiento exponencial. Todavía no cumplimos cuatro años y ya alcanzamos a más de 2000 chicas de 14 provincias, formamos a más de 200 facilitadores y docentes y ya sumamos 12 embajadoras, que son chicas que pasaron por nuestros programas y hoy dan charlas como referentes y líderes en sus comunidades. Además, hemos recibido premios internacionales por el impacto social de nuestro trabajo.

¿De qué manera sustentan su actividad?

Lo hacemos gracias al apoyo de distintos socios: recibimos aportes de empresas a través de sponsoreos financieros y también de donaciones de dispositivos como computadoras o celulares. Además, contamos con premios internacionales y con algunos fondos provenientes de países extranjeros, y recibimos donaciones individuales de quienes apoyan nuestra causa ingresando a donaciones.  

¿Qué significa marcar un camino en la lucha contra la brecha de género? 

Significa levantarnos todos los días con un propósito que es transformar la realidad. Sabemos que cerrar la brecha de género aún va a tardar al menos 150 años y que probablemente no lo veamos, pero estamos construyendo el camino para las chicas. Significa también trabajar con responsabilidad, con mucha calidad, con una mirada en el futuro pero haciendo las cosas hoy para que el mañana sea mejor.

Fuente: CC News