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Día Mundial de la Creatividad y la Innovación: “Todos seremos nómadas digitales”

En un mundo que va a necesitar del pensamiento creativo para salir de la crisis global que atraviesa, hoy se celebra el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. CCNews conversó con un referente en la materia: el español Xavier Ferràs.

Hoy, como todos los 21 de abril, es el Día Mundial de la Creatividad y la Innovación. Sin embargo, este año la fecha adquiere un sentido distinto al celebrarse en medio de una crisis que va a multiplicar la demanda de pensamiento creativo. CCNews dialogó con un especialista en la materia: el español Xavier Ferràs, Profesor del Departamento de Dirección de Operaciones, Innovación y Data Sciences de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas de Barcelona; consultor y orador especializado en innovación, estrategia, liderazgo y gestión tecnológica; Doctor en Economía y Empresa; Máster en Administración de Negocios e Ingeniero Superior de Telecomunicaciones.

En el contexto de crisis por la pandemia de COVID-19, ¿qué oportunidades surgen para la innovación?

Todo cambio fundamental en el entorno, como es el caso, comportará grandes necesidades y oportunidades de innovación. Los hábitos de consumo cambiarán en el corto plazo, probablemente hacia productos menos sofisticados (desgraciadamente por la crisis económica). En el medio plazo, deberá completarse la transformación digital de las organizaciones. En el largo plazo, los países deben reenfocar sus prioridades hacia la investigación y el desarrollo (I+D) y la industria tecnificada.

Para materializar estos desafíos, ¿qué tipos de líderes se requieren?  

Líderes inspiradores, capaces de movilizar equipos y países con energía emocional, influencia y ejemplo. Es momento de generosidad y nobleza.

En este contexto, ¿de qué manera puede estimularse el pensamiento no convencional?

Una crisis es un gran ejercicio de innovación abierta: inmediatamente te sitúa fuera de tu contexto habitual, de manera abrupta e imprevista. Y ello fuerza traumáticamente el pensamiento no convencional. Lo estamos viendo estos días. En condiciones normales, es bueno situarse sistemáticamente en escenarios no convencionales y trabajar con “outsiders” (profesionales externos), que aporten nuevos flujos de información y conocimiento. Una empresa habituada a la innovación abierta es una empresa mejor preparada para la crisis.

Usted ha comentado que, para salir de esta crisis, tenemos como únicas armas el conocimiento y la posibilidad de cooperar a gran escala. ¿Qué condiciones deberían darse para que esto suceda?

Nos hemos visto indefensos y hemos comprobado cómo solo la ciencia y la tecnología nos pueden ayudar a combatir la epidemia. Hay que multiplicar el esfuerzo en I+D, en el nivel público y en el privado. No como lo hacemos ahora (miles de investigadores aislados compitiendo por mejorar su currículum), sino de forma organizada (miles de investigadores alineados para superar retos humanos).

¿Por qué es baja la inversión en I+D y por qué es importante potenciarla?

Desde la II Guerra Mundial, el pensamiento económico dominante ha sido el neoliberalismo. Los mercados son entidades perfectas y autorreguladas. Cualquier intervención humana (política o administrativa) genera turbulencias, “contaminación”, en una entidad perfecta y pura. Y este capitalismo neoliberal ha funcionado más o menos bien para crear riqueza a gran escala. Pero no crea innovación disruptiva. Las disrupciones (los microprocesadores, internet, el GPS, la inteligencia artificial) se originan a través de grandes misiones de investigación pública. La ciencia y la tecnología avanzan por impulso público (y luego, son utilizadas por los mercados). Hay que impulsar y revisar los sistemas de I+D públicos. De ellos dependen los privados.

¿Cómo ve la inversión en I+D en Latinoamérica y, en particular, en la Argentina?

Baja. Hoy, el 45% de la I+D mundial se hace en Asia (que ha crecido espectacularmente en pocas décadas). El 25%, en EE.UU. El 21%, en Europa. En Latinoamérica no es una prioridad. Deberían inspirarse en Asia. Corea del Sur, hoy país de referencia en I+D, era más pobre que Nigeria en 1960.

Una vez superada la crisis, ¿qué cambios experimentará el trabajo y qué rol desempeñará la transformación digital?

Seremos mucho más eficientes y productivos gracias a la conexión digital. Se acabaron las largas reuniones presenciales y los viajes de trabajo para acudir a reuniones puntuales. Eso será muy positivo.

¿Podemos relacionar esta afirmación con una frase suya que dice: “El trabajo será un estado mental”? ¿Podría explicarnos a qué se refiere?

El trabajo, hasta ahora, se ha percibido como un lugar físico y un slot temporal. Si se virtualiza, se convierte en una conexión wifi ubicua y atemporal. Podremos estar en “modo trabajo” en cualquier parte: en casa, tomando un café en un bar o en nuestra oficina. Todos seremos nómadas digitales.

¿Cómo impactará esta expansión digital en el futuro de la globalización?

Curiosamente, el capitalismo digital está revirtiendo la globalización. Las redes sociales y las fake news fomentan el nacionalismo. Sistemas autocráticos se basan en estructuras de vigilancia big data. Las respuestas políticas son involucionistas. Vamos a un mundo de bloques.

Situándonos en ese mundo dividido, ¿podría explicar el concepto que usted ha mencionado de “cortina digital” y su comparación con el “telón de acero”(*)?

El mundo poscrisis dará lugar a la emergencia de China como superpotencia. Si en los 50 y 60 existía un muro físico entre EE.UU. y la URSS (“telón de acero”), ahora va a existir una fractura digital entre los dos bloques: una internet “americana”, y una internet “china”, separadas e impermeables.

Por último, sobre la innovación en tiempos de crisis, ¿podría desarrollar su concepto “Momento Kodak” y mencionar qué empresas cree que están por llegar a él?

Kodak [marca que fue Nº1 del mundo en fabricación de cámaras y rollos fotográficos] es el gran ejemplo de empresa que, sabiendo que una tecnología disruptiva (la cámara digital) la podía expulsar del mercado, prefirió no hacer nada y esperar la tempestad. El carrete fotográfico, base de su modelo de negocio, despareció en cuestión de meses (con toda su red de distribución). Están amenazadas todas las empresas (y sociedades) inmovilistas y reactivas. No hacer nada en momentos de cambio es hacer algo. Es una decisión estratégica: es no hacer nada.

* Se denomina “telón de acero” o “cortina de hierro” a la barrera política, física e ideológica que separó la Europa Occidental de la Oriental tras la Segunda Guerra Mundial y hasta la caída del Muro de Berlín en 1989.

Fuente: CCNews